la receta de un todoterreno del surf y la aventura
Surf, motos, artes marciales, deportes de riesgo… todos ellos forman parte del día a día de Bear Woznick, entre cuyos logros figuran varios campeonatos del mundo y el haber participado en la serie policiaca Hawai 5-0 como estrella invitada y doble en escenas de acción. Bear hace un llamamiento a los varones para que vivan su fe y su papel en el sociedad como un desafío aún más complejo que todos esos: cumplir la voluntad de Dios. Andrea Lavelli nos acerca a la interesante personalidad en un reportaje en Il Timone:
Charlar con Bear Woznick significa lanzarse en el mundo de esos Estados Unidos católicos y sonrientes, firmes y combativos que llenan el corazón de esperanza y que en los últimos tiempos vuelven a centrar la atención eclesial en la importancia de una predicación dirigida a los hombres, a los varones, para que redescubran su llamada a vivir de manera viril su vida y, en especial, su vida de fe.
Significa descubrir que «hacer la voluntad de Dios es la cosa más satisfactoria, apasionante, aventurada y radical que puedes hacer en tu vida», tal como dice Woznick, oblato benedictino, casado, padre de cuatro hijos y gestor que vive entre Hawaii y Cocoa Beach, en Florida. «Queremos mostrar a los hombres que puedes ser un verdadero hombre y, al mismo tiempo, amar a Jesús«, dice. Y es precisamente esta la misión que está llevando adelante a través de Deep Adventure Ministries, que recoge todas las iniciativas de evangelización que está llevando a cabo desde hace años y que tienen como denominador común el deporte.
Este vídeo muestra bien la filosofía de vida de Bear Woznick, autor de «En lo profundo de la ola. Una guía para surfear el alma»: «Lo más radical que puedes hacer es abandonarte en la extraordinaria aventura de la voluntad de Dios», reza la frase final.
Un mundo en el que Woznick se encuentra muy cómodo, si pensamos que con 67 años ya cumplidos sigue practicando y enseñando surf y cuenta en su haber con dos títulos mundiales de tandem surfing (surf en pareja) y varios títulos individuales. Además practica también submarinismo, paracaidismo, varias formas de artes marciales, ciclismo, motociclismo y excursionismo.
Cabalgar la ola de Dios
«El surfista siente y entiende el poder de las olas», nos explica. «Los cristianos deberían hacer lo mismo con el poder del Espíritu Santo e ir donde el Espíritu les guía. El surfista le da la espalda a la seguridad de la playa. Después espera e intenta comprender de dónde llegará la ola y dónde ir a cogerla, se dirige hacia ella y se abandona a la misma», precisamente como con el discernimiento, con el que estamos llamados a escrutar lo que el Señor está preparando para nosotros a fin de acogerlo.
«Nunca he oído a nadie que, después de haber surfeado una gran ola, haya hablado de cómo la ha cabalgado, sino que todos se centran en la grandeza de la ola, a la que dan toda la gloria: esto significa ser todo en Cristo. Él debe crecer y yo empequeñecer. Espero ser un gran surfista del Espíritu Santo», dice sonriendo.
Una metáfora del matrimonio
Aún más interesante es cómo consigue expresar la relación entre hombre y mujer en el matrimonio utilizando la metáfora del tandem surfing, deporte en el que un hombre cabalga una ola sobre una tabla de surf mientras sostiene con un brazo a la mujer, que sobre su cabeza se exhibe en figuras y posturas particulares y artísticas.
Bear Woznick y su esposa Cindy.
Es un deporte que Woznick practica desde hace 45 años y que le ha permitido, entre otras cosas, conocer a su esposa Cindy, con la que sigue exhibiéndose en este deporte actualmente.
En el tandem surfing se ve bien que el «trabajo del hombre es ante todo y sobre todo el de proteger a la mujer; los hombres, en la vida real, ya no lo hacen. Además los hombres son quienes elevan a la mujer y los hombres de hoy en día ¡ya no lo hacen! Cuando mi mujer y yo surfeamos la gente no me mira a mí, sino a esta bellísima mujer que muestra su gracia en su expresión más elevada. En ella ven la belleza de Dios. No puede hacerlo si tú no le inspiras confianza: el hombre tiene que inspirar y ganarse esta confianza por parte de la mujer».
Bear, junto con una de las surfistas con las que hace pareja de «tandem surfing».
«Esta es la belleza del tandem surfing«, concluye. «Eres uno con tu Señor, uno con tu esposa y surfeas la ola que llega, es decir, te abandonas a lo que el Señor te pide«.
Toda la vida de Bear es un abandono a la voluntad del Señor: crecido en una familia católica, con un padre que era diácono permanente, decidió abandonar la Iglesia para definirse «no confesional». Lo hizo volver a Casa, al cabo de varios años, su encuentro con el mundo benedictino y el redescubrimiento de la Liturgia de las Horas, la lectura de los Padres de la Iglesia y el amor por la Eucaristía.
Una vida plena
Como sabemos que otra de las grandes pasiones de Bear son las motos, pasamos al programa televisivo Long ride with Bear Woznick, en onda en la emisora católica EWTN, y disponible en la versión estadounidense de Prime video.
En este proyecto, Woznick y unos amigos atraviesan los Estados Unidos en sus motocicletas de carretera para conocer y contar historias de hombres que intentan vivir al máximo el camino de la virtud: desde el policía hasta el ingeniero, desde el sacerdote hasta el atleta, permaneciendo abiertos a todos los encuentros que el Espíritu les pone en su camino.
En la segunda temporada, durante un trecho de carretera se les unió monseñor Thomas Wenski, arzobispo de Miami, en su moto.
«En el mundo hay una crisis de virilidad», sostiene Bear. «Antes estaba la imagen del macho, misógino, arrogante y dominador que, ciertamente, no era un buen modelo. Desde ahí Satanás empujó el péndulo hasta la parte diametralmente opuesta y el hombre ahora ha perdido su virilidad, es blando, pide perdón por cualquier característica masculina que tenga y no está dispuesto a servir a los otros como le pide el Señor. Yo lanzo a los hombres este desafío: volver a ser viriles».
Woznick tiene una receta muy clara al respecto: «If you wanna be manly, you’d better be Catholic» («si quieres ser viril, te conviene ser católico»). Vivir una vida sacramental, hacer el bien verdadero, como afirmaba Santo Tomás de Aquino, y amar hasta la entrega de uno mismo, como afirmaba San Juan Pablo II. Mi credo personal es que lo más radical que puedes hacer es abandonarte en la extraordinaria aventura de la voluntad de Dios».
«Busca dos o tres amigos e inicia un grupo»
El llamamiento que dirige a todos los hombres es el de constituir en sus parroquias grupos en los que reunirse con otros hombres para apoyarse en la fe. «Si eres un hombre estadounidense y en tu parroquia no tienes un grupo así, entonces ¡es culpa tuya! Busca dos o tres amigos e inicia un pequeño grupo», afirma.
«Pienso que cada hombre debe tener un grupo de amigos con los que encontrarse una vez a la semana, en un momento que no le quite mucho tiempo a la familia, para tomarse un café o hacer una barbacoa, para fumarse un puro o tomarse un vaso de whisky. Un momento en el que no se hable de deporte o política, sino de nuestro camino con el Señor«, para leer juntos el Evangelio o un libro. De hecho, «mis libros están pensados para este fin».
En este caso la tecnología puede ser de ayuda. En su página web también da la posibilidad de inscribirse a un grupo online llamado Man cave [La Cueva del Hombre], una comunidad virtual para construir una hermandad de hombres que se comprometen a vivir la virtud en familia y en el trabajo, un lugar en el que construir y prepararse para ser líderes en la evangelización.
Entre los compromisos de los miembros del grupo también está el de dedicar por lo menos una hora al día a la oración y media al ejercicio físico. «La idea es muy simple», concluye Bear: «El hierro se afila con otro hierro: los hombres necesitan pasar tiempo con otros hombres».