25 de setiembre de 2021
«¡Queridos hijitos! Oren, testifiquen y regocíjense conmigo porque el Altísimo me sigue enviando para guiarlos por el camino de la santidad. Sepan, hijitos, que la vida es corta y que la eternidad les espera para dar gloria a Dios con su ser, junto con todos los santos. Hijitos, no se preocupen por las cosas terrenales, anhelen el Cielo. El cielo será su meta y la alegría comenzará a reinar en sus corazones. Estoy con ustedes y los bendigo a todos con mi bendición maternal. Gracias por haber respondido mi llamado».